Tratamiento de Bullying

Desde mis inicios he trabajado con niños y jóvenes adolescentes impartiendo programas de educación afectivo-sexual. Por ello, he tenido la oportunidad de conocer de primera mano la realidad que se vive en las escuelas y el sufrimiento que padecen una mayoría silenciosa del alumnado. Me refiero al acoso escolar que sufren muchos jóvenes y que ya sea por miedo o desconocimiento, no saben cómo afrontarlo y empieza a afectarle en su vida y en su rendimiento académico

 

El bullying es un tema que por desgracia está muy presente en las aulas, para poder detectarlo es importante tener en cuenta varios factores, se considera bullying al fenómeno social y psicológico que implica una desigualdad de poder entre las personas que se ven envueltas en él, es decir, el hostigador, tiene una superioridad de poder frente al hostigado el cual está en una posición de vulnerabilidad, este fenómeno se puede manifestar mediante intimidación, aislamiento, motes vejatorios, amenazas, humillación además de agresiones físicas.

 

Es importante que una vez se detecta un caso, no se debe de tomar la justicia por mano propia, es decir, sería un error reprender al hostigador mediante amenazas, debido a que estamos mostrándole que su modo de actuar es correcto, se debe de poner en contacto primero con la institución educativa, normalmente existe un protocolo para poder solucionar este tipo de abusos, es también interesante, en el caso de que fuese posible, ponerse en contacto con las familias afectadas y que estos lleguen a algún tipo de consenso. El orientador del centro puede mediar entre los alumnos de forma que ellos mismos vean lo que está ocurriendo sin tener que recurrir a los castigos y expulsiones, las cuales no solucionan el problema y en muchas ocasiones lo agravan, es recomendable tratar de solucionar este problema mediante los centros de educación y las familias implicadas, aunque si esto no fuese posible se debe acudir a las instituciones legales, de forma que estas intervendrían para solucionarlo.

 

 

Es prioritario observar también el porqué de la conducta del hostigador, sin justificar sus actos, pero viendo si existe algún tipo de carencia que pueda hacer que el alumno se comporte de este modo. También es muy importante concienciar a todos los alumnos de que se debe denunciar este tipo de comportamientos, ya que como señalamos el silencio en estos casos convierte de forma indirecta al observador en cómplice. Esto es necesario ya que una buena intervención evitará futuros problemas.

Para poder detectar este tipo de abuso debemos observar el comportamiento del alumnado, pues en muchas ocasiones no solo hay dos partícipes, sino que, el hecho de que alguien observe sin actuar ya se considera complicidad, debemos comprender que la víctima se encuentra en una situación psicológica de temor la cual le impide hablar abiertamente de su situación, debemos fijarnos en los cambios de conducta que tenga el alumno tanto en la institución educativa como en su casa, aislamiento, falta de apetito, falta de ilusión, cambios en su rutina o en sus hábito, etc. Se debe crear un clima de confianza con la víctima de forma que esta se sienta segura y salga de este roll que ha adoptado por los acontecimientos, se debe reforzar su autoestima y si es necesario es recomendable acudir a profesionales como psicólogos para ayudarle, en el caso del agresor es muy recomendable que se acuda a este tipo de medios para poder corregir esa conducta.

 

No tengas miedo, estoy aquí para ayudarte